VESTIDOS CON SU CARÁCTER – DÍA 17

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MOLDEANDO EL CARÁCTER DE CRISTO (Parte IV)

Tres formas de reconciliarnos con nosotros mismos:

3. Amándonos a nosotros mismos

 

“Y Él le dijo: amaras al señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento. Y el segundo es semejante a este: amaras a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas”. Mateo 22:37-40

No podemos amar a nuestro prójimo si primero no hemos aprendido a amarnos a nosotros mismos. Este amor, sin embargo, no es un amor vanaglorioso o egoísta, sino un sentido de plenitud en nuestra identidad celestial.

Hallamos la plenitud en nuestra identidad cuando conocemos lo que el Padre dice acerca de nosotros, y somos persuadidos por esas palabras. Plenitud es conocer quién soy según Dios, y estar de acuerdo y satisfecho con ello.

Así como el rol de un pastor se centra en el cuidado, la alimentación y la sanidad de una oveja entre otras cosas, pastorearnos a nosotros mismos es aprender a cuidarnos, alimentarnos sabiamente, buscar ayuda para ser sanados y comprometernos con el desarrollo de un carácter maduro en Cristo.

El gozo del Padre es vernos plenos en nuestro SER. Pastoreándonos, perdonándonos y amándonos continuamente. En paz con Él y con nosotros mismos a través suyo. No sintiéndonos perfectos, sino caminando en obediencia, creciendo y permitiendo que su gracia se haga fuerte en nuestras debilidades.

  • Aplicación: Cuidar tu vida espiritual, emocional y física es saber amarte a ti mismo/a. ¿Conoces lo que el Padre ha dicho sobre ti? La tarea para hoy es buscar en la Biblia todas aquellas verdades que Dios dice de ti como hijo e hija.
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